Reflexiones Setnamasolianas

Esta sección está dedicada a reflexiones, ideas, pensamientos, textos y vídeos con los que Setnamasol se siente plenamente identificado. Salvo aclaración, todos los textos son de Telémaco Rosales.




Cambio



¿Y si el mundo de pronto cambiase?

¿te imaginas un mundo donde nadie tuviese miedo, desconfianza, de nadie?
¿te imaginas, que de pronto las sonrisas, la amabilidad, la alegría inundaran las calles?
¿te imaginas un mundo en el que siempre que necesitases ayuda, rapidamente, habría alguien que se interesase por ti?
¿te imaginas un mundo donde los hombres y mujeres aceptásemos que somos diferentes, pero que con comprensión somos totalmente compatibles?
¿te imaginas un mundo en el que siempre que necesitases un poco de alegría siempre va a haber una sonrisa esperándote?
¿te imaginas que no hay que esperar más un abrazo, porque te llueven constantemente?
¿te imaginas un mundo donde no hay personas mayores solas, ni niñ@s abandonad@s, ni adultos perdidos en la tristeza y la soledad, donde tod@s convivimos en armonía?
¿te imaginas un mundo donde padres e hij@s supiésemos respetarnos siempre y querernos en las peores circustancias?
¿te imaginas un mundo donde todo se resuelve hablando y escuchando, porque sabemos que es lo mejor?

¿y si esto fuera posible?
¿y si hay más personas de las que imaginamos que desean esto?
¿y si no es tan difícil como pensábamos?


¿y si damos un pasito para poner todo esto en marcha?








Carta a ti

Hola,
desde hace un tiempo me viene rondando la cabeza esta idea y creo que cuando una idea ronda la cabeza, es porque hay que llevarla a cabo.
Seguro que estas cosas dan miedo, creo que a casi todo el mundo le puede dar miedo esto, que a fin de cuentas, no es más que exponerse ante l@s demás.
Y desde luego que no soy una excepción, a mi también me da miedo esto, pero creo que si algo da miedo, la única manera de vencerlo, es enfrentándose a ello, así que aquí estoy contándote esto para que lo sepas.
Te cuento que estoy buscándote, porque me apetece que mi vida sea más intensa y creo que conociéndote y compartiendo algo contigo, mi nivel de alegría y vitalidad, subirá bastante, pues, ¿qué puede haber mejor en la vida que el afecto entre personas?
Sé que eres alguien con ganas de vivir, valiente ante los retos, que siempre apuesta por la verdad, aunque a veces sea muy difícil y traiga disgustos esperados. Eres alguien que valora la confianza por encima de todo y que si se compromete con algo, hace todo lo posible por cumplir esto. También sé que te gusta hablar las cosas, por mucho que tengas tus momentos de obcecación, cuando pasa esa pequeña tormenta, enseguida propones hablar y solucionarlo.
Nunca dices que no a un momento de alegría y a la mínima ocasión, eres quien arranca con una sonrisa o con una propuesta divertida, pues esto es fundamental en tu vida.
Te encanta el afecto en todas sus formas, darlo y recibirlo y eso, hace sentir a l@s demás, muy pero que muy bien.
Sé de sobra que eres una persona sencilla, ¿para qué complicarse en envoltorios que lo único que hacen es despistar a l@s otr@s? Tú siempre lo dices todo muy clarito, con cariño y respeto, pero muy claro.
Y claro, crees que la vida es un reto maravilloso, por eso no andas quejándote ni echando la culpa a la suerte, cuando algo no sale como imaginabas, simplemente, aprendes los errores y te pones a mejorarlo.
Sé que para ti cada día es una aventura mágica, un regalo que intentas disfrutar al máximo y transmitirlo a l@s demás con tu entusiasmo, con tu sola presencia y está claro que lo consigues.
Por todo esto, yo creo que merecía la pena escribir y salir a encontrarte, pues ya tengo muchas ganas de compartir todo esto contigo.
Así que, aquí estoy, preparado para conocerte...









No estamos sol@s , ¡estamos rodead@s de personas por todas partes!


Creo firmemente que los afectos son lo más importante de la vida de los seres humanos. Seguro que puede haber excepciones, pero creo que la inmensa mayoría, valoramos nuestra vida, nuestra felicidad, por la cantidad y calidad de afectos que hemos tenido y que tenemos.
Entonces, yo me pregunto, ¿si esto es tan importante y normalmente las personas vivimos rodeadas de otras muchas, por qué hay tanta infelicidad?
Seguro que hay otros factores que influyen en esto, que no me apetece valorar en esta carta, pero creo estar seguro de que es algo secundario ante los afectos. Me apetece valorar sobre los afectos...
Existe algo llamado miedo, una palabra que engloba a una emoción, una sensación, en algunos casos, una forma de vida, creo que mucho más abundante de lo que se recomendaría como sano.
Estamos condicionados por una serie de normas sociales no escritas, pero que la mayoría obedecemos a pies juntos, como se suele decir.
¿y si estas normas nos hacen tan infelices, no se pueden cambiar? Creo que la gran mayoría de estas normas están alrededor de la prohibición o del miedo directamente, no sabemos a ciencia cierta cuando nacieron, o de donde vienen, pero las seguimos, forman parte de nuestra vida, aunque no son nuestras, no nos pertenecen en absoluto, pero de momento, seguimos tras ellas.
Cada día vemos a cientos de personas en diferentes lugares, calle, transporte público, tiendas, trabajo, lugares de ocio y sin embargo, casi nunca establecemos contacto con alguna de esas personas, que potencialmente, podría ser alguien que nos traería mucha alegría a nuestra vida.
En lo que llamamos ocio, acudimos a diferentes actividades, donde ahí si que esperamos que se produzca la comunicación, el encuentro, esa palabra, esa mirada, esa sonrisa, ese gesto afectivo que nos de la bienvenida a la vida de esa o esas personas, pero casi nunca nos atrevemos a ser los que iniciamos esto, esperamos que se produzca de forma “natural”. Y yo me pregunto, ¿hay algo natural en nuestros hábitos sociales? Creo que no hay mucho, pues todo está condicionado por esas invisibles “reglas” que nos susurran al oído lo que se puede, se debe, no se puede y no se debe hacer.
Y así seguimos, con tristeza, soledad, poca alegría, pocos momentos de verdadera conexión humana, parece que el último (y único) refugio es la pareja. Y si estamos “programados” en el miedo, ¿por qué en la pareja va a ser diferente? ¿existen las transformaciones mágicas? Mmmm.. difícil. Creo que hay que partir de la base, de conocernos, de saber lo que queremos y cómo, cuando y dónde lo queremos y a partir de ahí, romper salvajemente con esas “cadenas” que nos aprisionan.
Sin despojarnos de los miedos, de todos esos “hábitos sociales” que nos sobran, no podemos ser felices, porque no aparece nuestra esencia, está tapada, muy tapada por el miedo. ¿qué pasará si hago esto, si digo esto otro, si pido u ofrezco esta otra cosa? Me dirán que no, se reirán de mi, pensarán que estoy loc@, me dejarán de hablar... la máquina se pone a funcionar y se acabó el viaje, la ilusión, la emoción de algo mágico, inesperado, natural de verdad, sencillo, auténtico, nuestro...
Creo que hay dos caminos muy diferentes en la vida, en el miedo, o en la valentía. Está claro que el primero es más “cómodo”, tiene menos sobresaltos, menos decepciones, menos frustraciones, pero seguro que trae mucha menos magia, alegría, sueños hechos realidad.
Nos tenemos ahí, muy muy cerquita, a veces, como en el metro, absolutamente un@s encima de otr@s, pero a la vez, tan lejos...
¿te imaginas una vida llena de afecto, de sonrisas, de alegría, de personas preocupadas las unas por las otras, de sinceridad, de sencillez, de valentía?
Por un lado, es muy difícil, seguro, pero por otro, sólo hay que decirse a uno mismo, “yo quiero” y empezar con ese cambio que tanto deseamos. Seguro que hay que dejar atrás mucho egoísmo, incomunicación, falsedad, cobardía y tantas cosas que tenemos que mejorar.
L@s niñ@s, se dicen constantemente y con toda naturalidad, ¿quieres ser mi amig@, mi novi@, me das un beso, un abrazo? ¿te imaginas un mundo donde esto no se perdiera al hacernos adultos? Un mundo donde nos contamos lo que nos pasa, donde ofrecemos y pedimos ayuda con toda naturalidad, donde el afecto, la sexualidad se celebra y se vive como algo importantísimo pero con sencillez y sinceridad, donde ofrecemos confianza y podemos pedirla sin dudar, porque sabemos que es imprescindible la felicidad de l@s que nos rodean para que nosotr@s podamos ser felices.
Un mundo que se ayuda, que se cuida, que se protege, que se quiere.
Yo quiero, ¿y tú?






Sin miedo



No quiero tener más miedo.
No quiero tener más miedo a tener miedo.
Cada día intento levantarme con la consigna, "¡hoy es un gran día para vivir!
¿y para vivir qué?
Para vivir todas esas veces que un niño me invitó a jugar y no lo hice por miedo a lo que su madre podría pensar.
Para dar ese abrazo que se que le vendría muy bien a mi padre y a mi madre, que creo les transformaría y les daría mucha alegría.
Para hacer todas esas ideas que se me ocurren y que las censuro antes de hacerlas pensando en que me tomarán por un loco o algo peor.
Algunas amigas y otras mujeres me dicen que a una mujer que ves por la calle no le puedes decir, "hola, me pareces una maravilla y me encantaría invitarte a un momento mágico".
Ya no quiero tener tener miedo a esto tampoco.
Quiero poder regalarle una sonrisa o un abrazo a cualquier persona que crea que lo puede necesitar, creo que somos much@s l@s que lo necesitamos, no quiero tener miedo a proponérselo, a sorprender a estas personas y a mi mismo.
No quiero tener miedo a llamarle a las actividades que organizo por su nombre verdadero.
Quiero hacer encuentros para que hagamos amig@s, para encontrar una pareja, para contar todas esas neuras absurdas que nos paralizan y despojarnos de esas ideas que tanto daño nos hacen y que no son nosotr@s.
No quiero tener más miedo a invitarte a que hagamos ya, ahora, cuanto antes, un mundo donde nos hablemos, donde nos miremos, donde nos ayudemos cuando hace falta, por ejemplo a quitarnos la venda y ver la realidad, a despertar y ser cada día más libres y valientes. Un mundo donde tengamos siempre la oportunidad de ser escuchad@s y de escuchar a otr@s, donde todo sea más fácil, más sencillo, más natural.
Y como no quiero tener más miedo, te pido ayuda, para que con tus palabras, con tus sonrisas, con tu apoyo, me ayudes a liberarme.
Y cuando no tenga miedo, podré ayudar a otr@s a que pierdan el suyo, te ayudaré a ti, y tú después ayudarás a él, a ella y ell@s ayudarán a much@s más y entonces, solo entonces, seremos felices.




Lamenté la mente, con razón el corazón.

Lamenté la mente cuando por orgullo no fui capaz de pedirte perdón.
Lamenté la mente siempre que hago cosas que no las siento mías.
Lamenté la mente cuando no escucho a l@s que me queréis y me estrello.
Lamenté la mente por haber complicado aquella situación por una idea inamovible.
Lamenté la mente cada vez que me traiciono por querer parecer lo que no soy.
Lamenté la mente por guardar absurdos rencores que sólo hacen sentirme mal.
Lamenté la mente cuando me permití ser egoista.
Lamenté la mente el día que me agarré a una mentira fácil por ser cobarde.
Lamenté la mente por abandonar por miedo mis mejores sueños.
Lamenté la mente siempre que me desconecta del corazón.

Con razón el corazón cuando me hace dar un salto de alegría de la cama al comprobar que sigo vivo al despertarme.
Con razón el corazón, por permitirme ser generoso cuando l@s demás sufren.
Con razón el corazón, ya que me hace sentir emociones indescriptibles al conectarme a la música y al baile.
Con razón el corazón, porque siempre me hace sentir el sexo con amor.
Con razón el corazón, porque me hace entender que familia puede ser cualquiera con quien comparta con el corazón.
Con razón el corazón todos esos momentos que me siento bajo y siempre me da un motivo para la esperanza.
Con razón el corazón, ya que me conecta a lo agradecido que debo estar a mis padres.
Con razón el corazón, porque hace sentir que dentro de mi está lo más importante de mi vida.
Con razón el corazón, en caso de duda, siempre me acerca a mis sentimientos más puros.
Con razón el corazón, me hizo escribir esto y me da ganas de compartirlo contigo.






Vídeos con los que Setnamasol se identifica